¿Quién dijo que el fútbol no sabe de justicia? Cada vez más cerca del verdadero fútbol total, ese que despliega Alemania casi sin esfuerzo cada vez que pisa un campo verde. Joachim Löw construyó un equipo fantástico, aunque antes que nada y lo más importante, un equipo. Eso que parece tan difícil en el mundo de hoy, donde parece vivirse, o querer vivirse en todo caso, de individualidades. Alemania, y ese técnico de perfil bajo y mucho trabajo, han puesto el interés colectivo por encima del personal, y es que el fútbol es un deporte colectivo, pese a que cuesta mucho aceptarlo. La dinámica, solidaridad y buen fútbol de un once, de un plantel, de los que no estuvieron; el compromiso fue total, aferrados a una idea que, además de ser efectiva, gusta en las graderías. 

En el arco alemán, un verdadero monstruo, Manuel Neuer, difícil decir si es arquero o líbero. Si decimos que es arquero, no hay ninguna duda que es el mejor del mundo, y de lejos; lo espectacular está en la simpleza. Si decimos que es libero, no será el mejor del mundo, pero será mejor que muchos en el mundo.

Una línea de cuatro rápida como ninguna y con gran capacidad de adelantarse en el campo. Hummels goleador y líder, mundial perfecto. Boateng simple y correcto. Höwedes cumplidor donde se le necesite. Y Philip Lahm, sencillamente incomparable, el mejor del mundo, hoy y en mucho tiempo.

En la mitad de la cancha, el físico y la movilidad hace que estos alemanes no parezcan humanos, son maquinas hechas a la medida de lo que exige el fútbol mundial. Kroos, el balón de oro sin premio, hoy en el Real Madrid, mostró en Brasil toda su madurez, esa que nos hace creer que estamos ante uno de los más grandes futbolistas que ha visto el mundo. Schweinsteiger con tres pulmones, o más, es un robot con corazón, porque Bastian no juega con los pies, juega con el corazón. Khedira volvió a su mejor nivel en esta cita mundialista, siempre seguro en la marca, siempre se la da a uno de blanco, siempre una opción en ataque. Y a estos genios la misma frase les calza a la perfección: "Una cosa es estar en el área, otra es llegar al área". Y vaya que lo tienen claro.

Arriba el hombre record, Miroslav Klose, 16 goles en mundiales, y un gol vale más que mil palabras, imagínense entonces. Muller, apellido histórico que parece no pesarle, sino todo lo contrario, la frescura y el desparpajo son su mayor virtud. Ozil creo no tuvo un buen mundial, aún así es indispensable en el engranaje germano.

Más que nunca un equipo. Mannschaft, y Löw lo entendió a la perfección, hace tiempo que Alemania lo merecía, lo buscaba y como dicen tantos futbolistas "se dio". Alemania decime que se siente ser campeón.