Debe haber pocas cosas más duras que ponerse en la cara de un toro un día como hoy, pero tres tíos —dieciocho en realidad— lo hicieron en Pamplona con un arrojo torero que solo queda admirar, el mejor homenaje a Víctor Barrio es torear, es defender nuestra fiesta, su fiesta. Corrida debut de Pedraza de Yeltes en San Fermín con mucho trapío y poca casta, muy por debajo de lo esperado en esta ganadería, se justificaron en el cartel Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan Del Álamo. Rompió el paseíllo y enmudeció Pamplona, algo impensado, un minuto de silencio sobrecogedor para un torero que derramó su sangre en el ruedo. 

Curro Díaz (rosa y oro) en el día más difícil de su vida, horas después de dar muerte al toro que acabó con la vida de Víctor Barrio, luego de recoger el cuerpo de este del albero, toreó sin alma al primer ejemplar porque su alma estaba en otro lado. Buscaba la querencia el noble primero que recibió uno de los mejores puyazos de la feria, brindo al cielo Curro Díaz y lo intentó perdiendo pasos por el derecho pero no tenía un pase el desfondado Pedraza. Media caída de rápido efecto para acabar con él. 

Sale muy suelto de un puyazo de larga duración el noble cuarto con el que el de Jaén sí que se dejó el alma. Mucha elegancia y compás de Curro en los primeros trasteos de muleta dejándosela en la cara con la mano muy baja a un toro que por sí solo no daba posibilidades. El alma y la personalidad del maestro estaban de vuelta aunque al natural no se dejó el astado pero los detalles fueron reseñables. Luego en los micrófonos soltó una de las frases más sinceras que he escuchado en mi vida: "La pena es que no haya embestido el toro y poder romperme el alma, ser torero es lo más bonito del mundo".

La dificultad de conectar con una tarde como esta era evidente, brinda también al cielo Iván Fandiño (rosa y oro) e inicia cambiado por la espalda para luego alternar pases por arriba y bajando la mano. Pronto el toro pero sin clase no encontró el acople necesario para transmitir en la muleta del diestro de Orduña. Silencio. 

Decían mucho por fuera y muy poco por dentro los de Pedraza, el segundo de Fandiño no sería la excepción, aunque por un momento pareció otra cosa al ligar en redondo Iván por el derecho despertando a los tendidos en el inicio de la labor muleteril. Todo quedó en una ilusión, enganchones al natural sin poder templar, lo intenta una vez más por el derecho pero ya sin conectar y es silenciado tras demorar con los aceros. 

Juan Del Álamo (verde manzana y oro) tuvo en su primer rival al que más se dejó, bravo en el caballo aunque a menos después tras no acoplarse el matador. Transmite la embestida del morlaco en el inicio de faena, ya al natural se queda parada y vuelve el salmantino al pitón derecho donde exprime acompasado la serie más estimable, sobre el final se acuerda de la plaza y con molinetes de rodillas conecta con las peñas. Silenciado tras matar de media bastante caída. 

Muy feo de hechuras el último de Pedraza con poco fondo como sus hermanos no permitió un lance con el capote. A más el en la muleta permite a Del Álamo una primera serie de derechazos a tomar en cuenta, mostró toda su disposición Juan pero en frente tuvo un animal que no le dio las contadas oportunidades que sí tuvo con su anterior. Media tendida para acabar con el último de una tarde veloz y complicada.