Penúltima tarde de los Sanfermines y un cartel interesante con toros de Núñez del Cuvillo que dieron posibilidades aunque, claro, se fueron sin ver el primer tercio como es costumbre. Los diestros anunciados dos figuras en momento incierto como Sebastián Castella muy lejos del nivel de la pasada temporada y Miguel Ángel Perera quien en sus últimas tardes dejaba más dudas que certezas, completa el cartel el torero de moda Andrés Roca Rey que no deja de dar golpes sobre la mesa. 

Sebastián Castella (grana y oro) se presenta al quite por chicuelinas ante un astado pronto y astifino que manseó en varas. Brindis al cielo e inicio por estatuarios ante el repetidor primero, series por el derecho donde el toro busca puntear la muleta en todo momento pero un templado Castella lo evita, cosa que no logra por el izquierdo llenándose de enganchones. Media atravesada y certero descabello para acabar con una faena técnica de dejar respirar a un animal desclasado y sin fondo. Silencio.

El cuarto es el que mejor mete la cara en el capote aunque sale muy distraído, hubo un gran par de Chacón en banderillas. En los medios inicia Castella con un par de pases cambiados por la espalda y algo más tras brindar al público. Luego despacio y templado, buenas series por el derecho bajando la mano como pide el humillado astado, por el izquierdo el de Cuvillo no es igual y le cuesta al francés que no logra templar apagando el buen inicio de faena. Pero vuelve a coger vuelos el trasteo con los pies enterrados en el albero y mucha despaciosidad, muy encajado Sebastián y el público se lo reconoce con una oreja.

Nada en los primeros tercios y un nuevo brindis al cielo ahora de Miguel Ángel Perera (verde hoja y oro) que atempera por doblones la embestida del anovillado astado. Por el derecho liga el extremeño con mando y temple pero retorcido sin cargar la suerte, mejor al natural se entrega ante el noble cuvillo y cuanto intentaba un molinete sufre una voltereta seca cayendo sobre su cuello pero felizmente sin consecuencias. Se repone y deja una serie de derechazos más con una poderosa muleta pero el triunfo se le va con la espada. Pinchazo trasero y media en lo alto, suena el primer aviso, lo mata al segundo descabello y saluda una ovación. 

Ignacio Rodríguez y dos puyazos en buen sitio a este quinto de 620 kilos, mucha caja y poca casta. Ya con la muleta Perera pierde pasos ante el protestón astado, al natural sí consigue series estimables con algunos naturales importantes y sobre todo un larguísimo pase de pecho. Igual la faena nunca termina de coger vuelo por las complicaciones que dio por el derecho un astado que siempre quiso tocar el engaño. Saluda una nueva ovación el diestro.

Andrés Roca Rey (azul marino y oro) conecta  con los tendidos desde el saludo capotero a un cuvillo de cara muy seria pero con cuerpo de novillo que se viene hacia los adentros en el quite por tafalleras y le pega una voltereta. Por estatuarios y sorprendiendo con uno por la espalda inicio la faena de muleta del peruano, ya en el trasteo con la mano derecho el toro continúa mirando y con la mano izquierda muy de verdad provoca un silencio de expectación. Valor imposible para una vez más sacarse al animal por la espalda en un lugar impensado, manoletinas y hasta una de rodillas para terminar de armar el lío con un enrazado cuvillo. Estocadón que por si solo vale un trofeo, infalible con la espada Andrés que le arranca las dos orejas y se consagra como torero de Pamplona y de todas las plazas.

El último no da luces de servir en los primeros tercios, muy soso y protestón fue acrecentando su peligro con el paso de los minutos. Roca Rey planta los pies y sin moverse un centímetro da cada pase ante un violento astado siempre dando cabezazos, solventa la complicadísima papeleta con quietud y firmeza a pesar de los muchos derrotes del mal toro de cuvillo. Demora con los aceros y es silenciado en el peor ejemplar de la tarde pero la puerta grande ya estaba abierta.